El tren llegó y salgo de mi camarote viendo las caras de mis compañeros de viaje, se nota un dejo de tristeza. Y es inevitable, es la prueba fehaciente que este viaje nos unió. Prefiero sentir este pequeño dolor que deja marca y lo llevo con migo a donde sea que la indiferencia de quien no mira a su alrededor. Es que los viajes son así. Ricos en todo sentido. Lo que dije en el vagón comedor, solo para nosotros viajeros, lo digo ahora en el anden esperando que otros, en otro momento se suban al tren. Y a los maquinistas les digo... solamente... Gracias. Estoy a su servicio para cuando la locomotora quiera volver a partir. A mis compañeros de viaje les digo que me pueden encontrar en mi nueva casa a los curiosos que están en esta estación, les dejo las palabras a mis compañeros.
Muchachada, no es que no crea, simplemente siento, que quienes están cerca, caminado, atravesando, y recorriendo este sendero compartido donde transcurre mi vida no pueden ser despedidos, no pueden ser no recordados, no pueden por una suerte de paradoja física pasar a un plano de efemeridad, de sustancia olvidable.
Entonces, les contaba... les conté en este viaje, que en mi vida pude elegir viajar y recorrer y en estos viajes aprendí a no despedirme, ya que tengo la sensación, el pre-sentimiento, de que el sendero, el camino este que ando o desando todos los días, no me pertenece, no es mío, es solo un camino y en él muchos estamos andando, muchos estamos descansando en su vera, pero todos estamos juntos.
Entonces. Seguro que los vuelvo a ver. No puedo despedirme, decir adios, es decir a Dios, y no puedo, no los encomiendo a Dios (aunque crea en ella), no los dejo porque nunca los tube (siempre estuvieron). Sólo les digo hasta luego. nos estamos viendo, los voy a extrañar. Esto es lo duro de caminar con amigos, en algún punto nos tenemos que soltar, aunque más tarde o más pronto nos vallamos a encontrar.
1 comentario:
Seguro, Alvar... ahí andamos, en estos días estoy republicando material de hace un año y encontré un comentario tuyo... donde te presentabas...y parece que nos conciéramos de toda la vida. Ahora nos toca agarrar la posta a nosotros...
Un abrazo
danielk
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